Entre estelas centenarias que nos muestran el camino al Cielo

José Antonio Iniesta

 

Estella, Navarra. Claustro de la Iglesia de San Pedro de la Rúa.

27 de junio de 2007.

Cómo se recrea el espíritu y se levanta, y se viste de luz y mansedumbre, al caminar por los lugares sagrados, entre piedras henchidas de historia, cargadas de magia y misterio, revelando los símbolos iniciáticos de la Edad Media, atravesando puertas invisibles que se abren a lo más incógnito del pasado y vidrieras que nos recuerdan que todos los colores conforman la luz primigenia. Aquel día guiaba mis pasos, con la cautela de quien muestra un tesoro, mi querida amiga Marian Bariain, y a nuestro lado iba dejando su esencia de paz, venida desde México, Ana María Juárez, un ser inolvidable. Qué ansia de infinito y de gozo interno, que estalla de pronto y se retuerce, como lo hace una columna indescriptible en el claustro, recinto del silencio y la misericordia, un libro abierto para el que sabe leer la gran obra escrita de seres míticos, monstruos y detalles floridos de la naturaleza. Y algo se queda, presiento, en cada uno de los lugares por los que el buscador viaja, pero al mismo se trae las teselas de un mosaico que reconstruyen una y otra vez el alma.

 

            Fotos: Marian Bariain.

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