Introducción del libro

Visitar Egipto y conocer los yacimientos arqueológicos de una de las civilizaciones más asombrosas del planeta es sumergirse en un viaje fascinante, que va más allá del propio recorrido por toda clase de templos, pirámides, necrópolis y parajes de ensueño. Esta aventura es también un imaginario viaje en el tiempo que nos permite descubrir la grandeza de un pueblo que supo desarrollar a lo largo de miles de años una arquitectura vinculada esencialmente a lo sagrado, a las creencias de la vida después de la muerte, a unos misteriosos dioses que siempre estaban presentes en sus vidas.

En mi viaje a Egipto viví situaciones asombrosas, incluso indescriptibles, que tanto tienen que ver con los fenómenos extraños que muchos viajeros han experimentado allí durante siglos. La contemplación del arte más maravilloso que alguien pueda imaginar, el descubrimiento de una inmensa creatividad e ingenio, se suma a las experiencias que aturden y hasta asustan a muchas personas, comprobando en primera persona que se producen anomalías físicas y se viven experiencias sobrenaturales inexplicables. No sólo he investigado antes y después de ir a Egipto infinidad de casos que han compartido conmigo los testigos, sino que he tenido la oportunidad de vivirlos personalmente, con el más absoluto desconcierto.

La emoción que sentí al visitar los templos de Philae no se puede expresar con palabras, como nunca podría hacerlo al recordar que estuve a punto de ahogarme en el fondo del Nilo. Y, de igual forma, ¿cómo explicar lo que sucedió cuando fui encerrado, con unos compañeros de viaje, con un largo cerrojo y a oscuras, en una de las estancias de la pirámide de Micerinos? Saqqara me estremeció especialmente, más todavía cuando sé de las revelaciones de una persona de toda confianza en relación a una escuela iniciática del pasado situada en las entrañas de la tierra, bajo la pirámide de Djoser, y su relación con Imhotep, tan importante su figura en alguna de mis obras de investigación.

Pero a diferencia de muchos otros libros de investigación que he escrito, éste es de fotografía. Como parte de la colección “Momentos y lugares que no quise olvidar”, sus fotografías pretenden, como en los siete libros anteriores, mostrar la belleza de la arquitectura egipcia, sus esculturas y jeroglíficos, tanta simbología y majestuosidad allá donde se mire, recreándose en la belleza de casi ochocientas imágenes como si, de pronto, se abriera una ventana y pudiéramos asomarnos a cada uno de los enigmas de lo que crearon con tanta sabiduría y esfuerzo durante miles de años. Siendo lo que queda una mínima parte de lo que fue, su grandeza es desconcertante y nos permite imaginar lo que tuvo que ser en el pasado. Son fotografías para recrearse en las construcciones milenarias de la fascinante civilización egipcia, un recorrido visual para dejarse llevar por las sensaciones, más todavía para aquellos que nunca han tenido la oportunidad de visitar Egipto y tal vez no podrán vivir nunca la gran aventura de viajar hasta la tierra ancestral de los faraones.

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