Por José Antonio Mateos

Nosotros veníamos, seguro que ustedes saben bien de dónde; de esa generación absorbida por el materialismo y el espíritu comercial del mundo, que perdió la esperanza, en doctrinas, filosofías, sistemas económicos-políticos y sociales, religiones… estábamos perdidos, nuestro corazón se había vuelto vacío y estéril. Nos habían despojado de lo Sagrado en nuestras vidas, y nos habían inculcado el consumismo y culto al becerro de oro.

Pero la divina Providencia hace que en ciertas ocasiones hombres comunes, corrientes y razonables, topen con un “iniciado”, un Alquimista, una especie que sobrevive en los albores del siglo XXI a pesar de todos los esfuerzos de la civilización por exterminarlos; hombres tan importantes que ni siquiera aparecen en los diarios, con una sencillez insultante leen el misterio de la vida, hombres que a cada instante atienden el llamado del Espíritu, hombres que dan vida a las más antiguas tradiciones, hombres que hablan cara a cara con lo Divino, hombres como tú, como yo… quizá la única diferencia sea que lo Sagrado envuelve sus vidas, día con día…

Desde el origen de la humanidad hasta nuestra época, la Tradición y las doctrinas espirituales han formado un “Secreto Manantial”, han sido parte del legado de diferentes corrientes esotéricas. Los Misterios de Isis y Osiris, los antiguos Misterios griegos de Apolo o Eleusis; la cábala hebrea, los esenios, los gnósticos; el hermetismo, la alquimia, el Temple, los misterios rosacruces… todos son arroyos que pertenecen a una misma Tradición Original. Nosotros decidimos caminar por este camino de retorno a las fuentes espirituales, pero desde “nuestra casa”, desde tradiciones que nos son cercanas en nuestra cultura occidental y cristiana. Y partimos de la Tradición Templaria, el Esoterismo Cristiano y el Hermetismo, como últimos eslabones que la Tradición Primordial manifestó en Occidente, y agarrados a esta cadena de la Tradición, trabajamos y caminamos como nobles viajeros.